jueves, abril 17, 2008

Disculpen las molestias

Por motivos ajenos a la capitanía de este ballenero, la verdadera entrada de hoy lleva un poco de retraso.
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Mientras esperan, les dejo con la impagable reflexión que alguien ha colgado en el tablón de anuncios de la biblioteca:



Tan fiable como el ADN y, desde luego, muchísimo más barato.
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8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo soy bastardo. O eso dice mi padre.

Yan Liu

Anónimo dijo...

¿Y si se piensan? ¿Quedará la honra de mi madre en entredicho si las pienso?

¿Y si blasfemo de obra sin hablar ni escribir? No sé... por ejemplo así (Foto cortesía de Aure )

Ainsss, cuanto material para la dialéctica en ocho palabras...

Esther Hhhh dijo...

Uhm... Sólo los bastardos... Interesante, las bastardas quedan fuera de esta afirmación, con lo que no os servirá para saber si una fémina es o no bastarda.... En cualquier caso ¿Y qué pruebas aportan al respecto estos científicos? Yo sin una estadística de esas que una piensa: "dinero no habrá pero pa tontás", no me creo nada de nada de nada...

Besitossssssss

Anónimo dijo...

Bastardo es una palabra hoy dia comunmente utilizada como insulto (Nadie, en el presente de las correcciones politicas, osaría utilizarla en un caso de bastardía real, imagino) y como tal insulto... ¿No se considera taco?
En tal caso el cartel no es una sentencia, sino una confesion...
Supongo.

Anónimo dijo...

Como en el chiste: ¿Que de cada 3 palabras que digo 2 son tacos? Hostias, no jodas.

Gracias por el link, Glen. Esa imagen es brutal.

missangria dijo...

¿Al artífice de la nota le habrá insultado últimamente algún hijo de mala madre y padre desconocido?

un saludo,

Achab dijo...

Yan Liu:

Pregunte a su madre, que mejor lo sabrá.

Glenclous:

Entonces eres bastardo secreto.

Esther:

Hablaremos con los de Yale a ver si se marcan una investigación.

Vampi:

Eso mismo.

Auré:

Así a manera, cagüentoloquesemeneaymás.

Missangría:

Y en una biblioteca pública. Chúpate esa.

GUANDARRRR dijo...

Mira, hay más gente que se aburre en la biblio. A este no se le sentó ninguna norteña delante.